viernes, 3 de septiembre de 2010

ACERCÁNDONOS A LA HISTORIA DEL PAV EN ECUADOR

El PAV en el mundo, comenzó en 1975 en una cárcel de Nueva York, por una invitación realizada por un grupo de prisioneros a la comunidad cuáquera para trabajar en la disminución de la violencia. En el proceso que emprendieron, se dieron cuenta que debían aprender a manejar su propia violencia e iniciaron la experiencia de servicio a la noviolencia (PAV, Manual Básico).

En el Ecuador, el inicio del PAV ocurrió en 1997, gracias a un miembro de la iglesia luterana (Eugenio Engrandecido), quien organizó el primer taller básico con la participación de personas pertenecientes a instituciones que activan por los derechos humanos .

Entre 1997 y 1999 al menos unos diez talleres se realizaron en la ciudad de Quito y una gama de maestras-os, dirigentes barriales, periodistas, profesionales de salud mental y servicios legales, trabajadoras-es de derechos humanos, estudiantes y activistas por la paz completaron los talleres. Un grupo de facilitadoras-es se graduó en Quito.

Los talleres desde sus inicios contaron con el apoyo de facilitadores que vivían fuera del país . Se resalta el acompañamiento de Jorge Jacinto que en sus permanentes visitas al Ecuador ha realizado talleres, motivando al crecimiento del proceso y ha contribuido a la formación de los facilitadores-as con perseverancia, paciencia, confianza, y ante todo con una retroalimentación constante y rigurosa.

El INREDH , fue una de las organizaciones no gubernamentales que más se motivó por estos talleres, pues trabajaba en la cárcel e impulsó el PAV en la cárcel de mujeres de Quito:

“La cárcel es un espacio sin tiempo cerrado a la historia. No se permite el desarrollo de las identidades personales y se condena habitar el espacio del miedo y la desconfianza. De esta manera la existencia de la prisión es la institucionalización del abuso del poder en una tecnología de la violencia” (Villarreal, 2009).
El proceso en la cárcel de mujeres, permitió que 17 mujeres se graduaran y replicaran talleres en la prisión. Este trabajo continúa hasta hoy, en una búsqueda de alternativas a la violencia; identificar acciones que favorezcan la construcción de la paz, partiendo de que el conflicto es parte de la vida y nos reta a ser creativos para resolverlo y a experimentar sentimientos y expresiones de afecto, ternura, solidaridad, perdón, en la convivencia cotidiana. La puesta en marcha de este proceso carcelario, tuvo como punto de partida, el Comité de Internas quienes fueron el agente dinamizador.
A fines de 1999, se emprendió en Loja , el proceso del PAV con la iniciativa de Zaida Zafiro acompañada por facilitadores que confluyeron de diversos lugares . Uno de los hitos de este proceso es que el PAV se proyectó fuera de la cárcel a través de talleres con mujeres, jóvenes, estudiantes, trabajadoras sexuales y promotores de salud del Seguro Social Campesino en zona rurales. También se trabajó en la cárcel de Loja –con mujeres y con hombres -.

Entre 1999 y 2001, se realizaron al menos unos 20 talleres en Loja y 30 personas se graduaron, con algunas facilitadoras activas que llevaron el PAV a otros lugares del país y fuera de él . El PAV llegó a Puyango, en la frontera sur del Ecuador. Loja junto con Quito, son las ciudades más activas en la construcción de la comunidad PAV en el Ecuador (ver foto adjunta). Cabe resaltar que Loja ha incursionado importantemente en talleres con niños-as y jóvenes.

En estos años, en Quito , se continúo el trabajo en las cárceles y se realizó talleres en el Centro de Rehabilitación Social de Varones y Mujeres de Esmeraldas (2002), y en Ambato. En el 2000, se organizó la Conferencia Regional sobre la Situación de las Cárceles en los Países Andinos, en el cual se incorporó una charla del PAV .

INREDH ha trabajado talleres con: la Federación de Centros Awa, personal de la Pastoral migratoria de Ibarra, personal de Comité de Pro-refugiados (CPR) en Quito, con población refugiada albergada, y, con el personal de las cajas de ahorro y crédito rurales de las Pastorales sociales de Ambato y Latacunga.

En febrero del 2002, se realizó un taller en la frontera norte del Ecuador, en la ciudad (Lago Agrio) que nació a la luz de los movimientos migratorios y la explotación petrolera. El trabajo se realizó con personas afroecuatorianas.

En 2003, facilitadoras ecuatorianas abrieron un espacio de PAV en la Paz (Bolivia) con personal de la recién creada Defensoría del Pueblo. Posteriormente en el 2007, el PAV Ecuador apoyó el trabajo que Jens Jardinero realizaba en algunas ciudades de Bolivia.

Desde el 2001, el proceso del PAV en Quito, adquirió una nueva calidad, la constitución de un nuevo equipo de facilitadoras comprometidas con el proceso, y la consecución de más talleres. En el año 2006, por primera vez, facilitadoras del PAV Ecuador participaron en el Noveno Encuentro Internacional del PAV . Este espacio fue enriquecedor no sólo por la intensidad y diversidad de experiencias del mundo (Sudáfrica, Sudán, Rusia, Rwanda, Nigeria, Kenya, Angola, Estados Unidos, Irlanda, Australia, Nueva Zelandia, India, Brasil, Hong Kong, entre otros), sino porque reafirmó la amplitud de espacios de trabajo (escuelas, universidades, cárceles, comunidades) y, la diversidad de grupos (jóvenes, mujeres, profesores/as, excombatientes, internos/as, personal penitenciarios, policías, militares, jueces, personas con VIH, etnias diversas, profesionales, etc.) que confluían en el PAV.

Este viaje coincidió con un nuevo reto, trabajar el PAV desde la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB):

“En 2007 iniciaremos un Programa de Maestría en Derechos humanos y democracia en América Latina que ampliará su ámbito de incidencia de estudiantes y docentes de la región andina a toda América Latina. Estoy muy interesada en incluir en este Programa la relación entre derechos humanos y cultura de paz y la formación de facilitadores del PAV entre estudiantes y docentes para así lograr un enriquecedor intercambio de experiencias” (Salgado, 2006) .

En la actualidad el PAV, ofrece desde el Programa Andino de Derechos Humanos, PADH-UASB, talleres que se incluyen en cursos abiertos, conferencias internacionales, programas de postgrado y en apoyo a proyectos de investigación vinculados con la comunidad. Con este mecanismo se ha extendido el trabajo en otras ciudades del Ecuador (Manta y Esmeraldas) y en otros países del Área Andina.

La Maestría en Derechos humanos y democracia en América Latina (PADH-UASB) incluyó una fase de réplica –la facilitación de un mini taller- por parte de los estudiantes que hayan cumplido su ciclo de talleres PAV . En 2008 siete estudiantes de diversos países (Brasil, Bolivia, Perú y Ecuador) realizaron seis mini talleres en Ecuador (Baños, Cuenca, Portoviejo y Quito), en Perú (Puno) y, Bolivia (Sucre).


Cabe resaltar que en Octubre del 2009, el Programa Andino de Derechos Humanos co-organizo con el PAV y la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia, la Conferencia Internacional “Paz y Derechos Humanos: sin derechos no hay paz”; en la que se realizaron minitalleres, paneles y conferencias, con la participación activa de las-os facilitadores del PAV de algunas ciudades. En este marco, se realizó el Primer Encuentro Nacional del PAV el 24 de Octubre que aglutinó a 26 personas.

En 2007, se firmó un convenio con la Cruz Roja ecuatoriana, para realizar talleres con líderes juveniles del país, lo que concretó la ejecución de dos talleres básicos simultáneos (Mayo, 2007). Este convenio se interrumpió no sólo por dinámicas propias institucionales, sino también, porque los impulsores salieron de la Cruz Roja .

El grupo de facilitadoras de Quito, se ha reunido en forma constante, alimentando la comunidad a través de los talleres, intentando resolver cuestiones básicas de organización en red. Una de las preocupaciones ha sido la necesidad de proyectarnos y apoyar a la no violencia con una mayor visibilización de la Red PAV, por lo que se ha gestionado recursos del Proyecto Randi Randi, para facilitar material didáctico para los talleres (manuales y juegos), escribir la historia del PAV, acercarnos a formas comunicativas colectivas (reuniones, logo, publicación del díptico, blog http://pavecuador.blogspot.com y comunicación virtual más fluida), estructurar formas organizativas a nivel nacional y provincial mas efectivas; todo lo cual tendrá su cima el 24 de Octubre en que celebraremos el I Encuentro Nacional del PAV Ecuador.

Se ha nombrado a pocas personas, cuyos aleteos de mariposas se juntan al poder sútil de más voluntades, muchas en el Ecuador y el mundo, y que son el sentido de esta red que se teje en el esfuerzo diario y en la confianza de la construcción de un mundo noviolento.

“Este silencio , de alguna manera honra el carácter colectivo del trabajo de Alternativas a la Violencia en este país y en otras partes. Ha sido la fe, el compromiso y el sudor de muchas personas en distintos lugares lo que ha hecho este proceso posible” (Arauz, 2001).

Finalmente un aproximado de lo realizado, que se desprende de un esfuerzo todavía incompleto de juntar la memoria colectiva de talleres, habla de la ejecución de más de 100 talleres en 15 ciudades, con la participación de más de 1000 personas. El PAV Ecuador cuenta con 60 graduados y alrededor de 30 facilitadoras, la mayoría mujeres.

Aprendizajes:

Los aprendizajes de este proceso son múltiples, algunos personales e íntimos que incluso no se pueden expresar con palabras, y que son el fundamento de esta red inmanente que nos aboca a descubrimientos cotidianos. Aquí, se esbozan algunas enseñanzas en términos organizativos.

En un inicio, el PAV Ecuador, tuvo como espacio privilegiado y razón de ser las cárceles, sin embargo, los diversos abordajes nos permitieron palpar la riqueza del PAV para acercarnos a las diversas y sutiles formas de violencia que subyacen en cada persona, reafirmando el hecho de que la cárcel, es una institución social que expresa el tipo de sociedad que tenemos.

En los últimos tres años, el trabajo del PAV en la cárcel de mujeres, se dio a la par de una fluctuación de la población penitenciaria por el otorgamiento de indultos masivos, rebajas meritorias y acceso a prelibertades, lo cual imposibilitó la culminación de procesos de graduación de facilitadores. No obstante, intensificó la realización de talleres básicos (Villarreal, 2009).

El trabajo en la cárcel en Loja, tuvo el apoyo de personal penitenciario y se inscribió en las acciones de la comunidad terapéutica sobre drogas, lo cual permitió una demanda desde el interior con mayores elementos de sostenibilidad y conclusión del proceso.

Un elemento cohesionador del PAV es saber que los-as facilitadores-as estamos regados en el mundo y que muchas veces coincidimos, y que este encuentro es fluido, pues tiene como base la realización de talleres y el aprendizaje de los diversos estilos para concretar los ejercicios mas allá de los manuales.

Otro elemento de cohesión es que el espacio ritual de más o menos 20 horas, nos brinda un sinnúmero de herramientas fantásticas, para estar abiertos al poder transformador y a un continuo aprendizaje de nuestra propia violencia. Al respecto, Mary Mágica nos dice: “La pregunta ¿cómo te sientes? Me provocaba horror. Así que cada taller ha sido un reto y una gran oportunidad de aprendizaje”.

De pronto las y los facilitadores nos juntamos a una experiencia de red, cuya permanencia y cohesión es simple –sencilla y profunda-, porque en el servicio nos involucramos con una red que nos regresa a raudales el esfuerzo. El PAV es una red con actitud de servicio, que permite acercar nuestras manos a un sinnúmero de manos en un abrazo comunitario.

La gestión de recursos tiene como mayor apuesta el voluntariado, con un aporte mínimo de proyectos -para ciertos rubros- que se gestionan desde las propias instituciones para realizar los talleres. Se añaden también los recursos vía donaciones (dinero, papelería y uso de locales). El proyecto Randi Randi es el primero que se hace para la comunidad PAV. En todo caso, la perseverancia, la actitud de servicio a la noviolencia, las ganas de proyectar el crecimiento de la red, la cotidianidad de hacerlo son recursos intangibles que en conjunto brindan otro sentido al PAV.

En Quito y Loja, se han incursionado en diversas reuniones informales, en experiencias cercanas a minipavs, que han inquietado sobre la necesidad de un espacio más sostenido para las facilitadoras más allá de los talleres.

En proyectos como el realizado en Loja, los talleres PAV contribuyeron a fortalecer un tejido social en la incorporación de la equidad de género como eje transversal de los diversos componentes, lo cual tuvo como punto de partida conocernos. No obstante, el valor añadido al PAV, se traduce en que el género te permite mirar algunos tipos de violencia y de inequidad, y con el PAV, se entiende, explica, otras formas. Se podría afirmar que existe una reciprocidad entre los proyectos y el PAV, en la medida de que el PAV ayuda a mejorar nuestra intervención a la vez que el proyecto permite construir la Red del PAV, mas allá de los fines y tiempos limitados de las instituciones y proyectos. ¿Esto puede ser un aprendizaje para los diversos espacios?

Diversas instituciones han “incorporado” el PAV en parte de su quehacer, en ello ha existido un común denominador, la iniciativa de personas que han mantenido estos espacios con el fuego del PAV. El PAV va construyendo un nuevo tipo de institucionalidad que trasciende de los espacios formales en la medida de que éstos lugares son solo pretextos para experimentar con el poder transformador.

Las apuestas institucionales generan una doble dinámica: crece la comunidad PAV y su propia institucionalidad formal se va transformando en la medida en que se incorporen los principios del PAV. Sin embargo, este desafío es inicial y no se ha abordado suficientemente en ninguna institución.

La mayoría de instituciones, generosamente han brindado apoyo puntuales, como es el caso del CAAP , que sin que le apueste ni incorpore en su trabajo, abre sus puertas y brinda un espacio para la realización de talleres e incluso mantener el archivo del PAV. En Manta y Esmeraldas las instituciones (Panita, Proniño, Programa del Muchacho Trabajador) animan y han persistido en estos últimos dos años, poniendo energía para generar el proceso a través de un seguimiento que les ha llevado a movilizar recursos.

El PAV se mueve en un insterticio entre la institucionalidad informal y las formales. Los proyectos han sido importantes, pues se han movilizado recursos para organizar los talleres, apoyar la estadía y movilización de facilitadores. No obstante, el voluntariado que demanda la energía y los tiempos de cada uno-as, han sido el eje fundamental, en donde se sostiene la red a través de la organización, ejecución y sistematización de talleres.

Cerrando, podemos decir que el PAV Ecuador siente, convive y crece con el PAV del mundo, en un ir y venir continuo a través del cual afianzamos la fé en la noviolencia y en lo que Gandhi decía “nuestra recompensa completa se resuelve en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo completo es una victoria total”.

Documentos de Referencia:
• Arauz, Jorge (2001), Proyecto Alternativas a la Violencia, Filadelfia: Policopia.
• Arauz Jorge (2008), Informe de Bolivia, Filadelfia: Policopia.
• Arauz, Jorge y Mari Moreira (2002), Informe del Primer Taller PAV en Lago Agrio el 26, 27 y 28 de Julio de 2002, Filadelfia: Policopia.
• Arauz, Jorge (2000), Informe de la Conferencia Regional sobre la Situación de las Cárceles en los Países Andinos, Quito: Policopia.
• Betancourt, Zaida (2006), Proyecto Alternativas a la Violencia en Loja, Quito: Policopia.
• Betancourt Zaida, Silvia Salgado y Sandra Edwards (2007), Sistematización del Taller Básico realizado con promotores juveniles de la Cruz Roja Ecuatoriana el 25, 26 y 27 de Mayo del 2007, Quito: Policopia.
• Braun, Eugenio (2007), Los comienzos del PAV en Ecuador: Quito: Email.
• Braun, Eugenio (2007), Comienzos del PAV en Ecuador, Tabla de Talleres, Quito: Policopia.
• Cruz Roja Ecuatoriana (2007), Documento de Convenio firmado con la Cruz Roja Ecuatoriana, Quito: Policopia.
• INREDH (2000), Caminos de Paz: Manejo de conflictos en cárceles, Quito.
• OPS (2003), Proyecto Desarrollo Espacios Saludables, Desde espacios y fronteras hacia caminos y horizontes saludables, Quito.
• Salgado, Judith y Zaida Betancourt (2006), Informe de Participación en el IX Encuentro Internacional del PAV, Quito: Policopia.
• Salgado, Judith (2006), Why is it important for Ecuador to be represented in the 2006 International AVP Conference, Presentada en el IX Encuentro Internacional del PAV realizado en Sudáfrica entre 27 de Agosto y 1 de Septiembre de 2006. Quito: Policopia.
• Salgado, Judith, Michelle Fried y Gardenia Chávez (2007), Sistematización del Taller Básico realizado con promotores juveniles de la Cruz Roja Ecuatoriana el 25, 26 y 27 de Mayo del 2007, Quito: Policopia.
• Villarreal, Beatriz (2009), Historia del PAV desde el INREDH. Quito: Copia.